FELIZ DÍA DEL PAPÁ
EL COMITÉ EJECUTIVO DE LA FERTASE-LIMA METROPOLITANA, LES DESEA A TODOS LOS PADRES DEL SECTOR EDUCACION, SECTOR PUBLICO Y A TODOS LOS PADRES EN GENERAL UN ABRAZO SINCERO Y DE TODO CORAZON EN ESTE DÍA ESPECIAL DE MUCHA TRASCENDENCIA EN LA SOCIEDAD.
PADRE TE RENDIMOS HOMENAJE HOY PORQUE NOS HAS DADO LA
VIDA, PORQUE NOS PROTEGES, PORQUE NOS CUIDAS, PORQUE NOS EDUCAS Y PORQUE TE
PREOCUPAS POR NOSOTROS, TUS HIJOS.
HE VIVIDO UNA VIDA REPLETA DE PROBLEMAS, PERO NO SON
NADA COMPARADO CON LOS PROBLEMAS QUE TUVO QUE AFRONTARSE MI PADRE PARA LOGRAR
QUE MI VIDA EMPEZASE.
CON ESTAS PALABRAS SINCERAS Y DICHAS CON EL CORAZÓN DESEAMOS QUE ESTE DIA SEA EL COMIENZO DE LA LUCHA INCANSABLE POR EL BIENESTAR DE LOS TUYOS.
MIL GRACIAS PADRE
LIMA, 15 DE JUNIO DEL 2014
CER-FERTASE-LIMA
POEMA "EL PADRE" - HECTOR GAGLIARDI
...
Y negra: te puedo hablar
ya los chicos se han dormido,
así que deja el tejido
que después te equivocas.
Y hoy te quiero preguntar
por qué motivo las madres,
de la mañana a la tarde,
amenazan siempre a sus hijos
con ese estribillo fijo de:
"Ah, cuando venga tu padre".
Y con tu padre aquí,
y con tu padre allá,
resulta al final
que, al verme llegar a mí,
lo ven entrar a Caín
y escapan por todos lados.
Y yo que llego cansado
de trabajar todo el día
recibo de bienvenida
una lista de acusados:
Vos empiezas con tus quejas
y yo tengo que enojarme,
lo mismo que hacia mi padre
cuando escuchaba a mi vieja.
El empezaba a fruncir las cejas
apoyando a esa fiscal
que, en medio del temporal,
se erigía en defensora
lo mismo que vos ahora
que siempre me dejas mal.
Si los perdono.
"Uy que ejemplo,
¿es así como los educas?"
Si los castigo:
"si eres bruto!
no tienes sentimientos"...
A mí que llego contento,
a mí que me paso el día
pensando jugar por un tiempo
del trabajo, de la gente,
de las cosas que pasan.
Los hijos, vieja,
los hijos que son la esperanza
el porqué de nuestras vidas;
por eso nunca les digas:
"Ah cuando venga tu padre".
No quiero encontrar culpables, ¡No!
quiero encontrar alegrías;
que no me pongas de escudo
lo mismo que hacia mi vieja
que consiguió que a mi padre
lo imaginara un verdugo.
Él llegaba y te aseguro
que se acababan las risas,
y, en vez de una caricia
o hablarle como a un amigo,
lo miraba compungido
presintiendo una paliza.
Y el pobre que no me entendía,
sacudiendo la cabeza,
escuchaba con tristeza
lo que mi madre decía:
"Que con este no se puede,
que me ensucia las paredes,
que la calle, que la pelota,
que trajo las suelas rotas,
que me trajo malas notas,
que me saca canas verdes,"
"¡A la cama, sin comer!",
aburrido me ordenaba,
luego mi madre me consolaba
y yo lo culpaba a él.
A él que había llegado recién,
cansado de trabajar todo el día,
ya yo lo había amargado
con mis travesuras.
Yo era una criatura
pero nunca lo he olvidado.
Los hijos, vieja,
los hijos nunca analizan
los sentimientos del padre,
porque el brillo de la madre
es tan fuerte que lo eclipsa.
Recién le hacemos justicia
a su único sentir
cuando nos toca vivir
a nosotros su problema.
Ay, si mi padre supiera
que recién lo comprendí.
¿ Y por qué él nunca me dijo
lo mucho que me quería
si yo sé cómo sufría
al ver enfermo a su hijo ?
Y por qué me miraba fijo
el primer pantalón largo;
y sé que me habrá besado
cuando yo estaba durmiendo
Pero ahora, que todo lo comprendo,
¿Por qué no estás ahora?
¿ Por qué no estás ahora
para abrazarte bien fuerte,
viejo lindo, y entregarte
mi cariño a todas horas ?.
¿Vez a tu hijo que llora?
Pero llora con razón,
porque te pide perdón
pensando en esos días
en que, ciego, no veía
que eras todo corazón...
Déjame vieja, déjame vieja
que llore, es lindo desahogarse...
Bueno, vieja, vamos a ver
lo que hacen nuestros
pequeños señores:
"Mira, mira esos pantalones".
"Están sucios, tápala
un poco a la piba.
Sí, ya sé, no me lo digas,
no me lo digas y acóstate,
acóstate rezongona
que mañana, vieja
mañana será otro día".
ya los chicos se han dormido,
así que deja el tejido
que después te equivocas.
Y hoy te quiero preguntar
por qué motivo las madres,
de la mañana a la tarde,
amenazan siempre a sus hijos
con ese estribillo fijo de:
"Ah, cuando venga tu padre".
Y con tu padre aquí,
y con tu padre allá,
resulta al final
que, al verme llegar a mí,
lo ven entrar a Caín
y escapan por todos lados.
Y yo que llego cansado
de trabajar todo el día
recibo de bienvenida
una lista de acusados:
Vos empiezas con tus quejas
y yo tengo que enojarme,
lo mismo que hacia mi padre
cuando escuchaba a mi vieja.
El empezaba a fruncir las cejas
apoyando a esa fiscal
que, en medio del temporal,
se erigía en defensora
lo mismo que vos ahora
que siempre me dejas mal.
Si los perdono.
"Uy que ejemplo,
¿es así como los educas?"
Si los castigo:
"si eres bruto!
no tienes sentimientos"...
A mí que llego contento,
a mí que me paso el día
pensando jugar por un tiempo
del trabajo, de la gente,
de las cosas que pasan.
Los hijos, vieja,
los hijos que son la esperanza
el porqué de nuestras vidas;
por eso nunca les digas:
"Ah cuando venga tu padre".
No quiero encontrar culpables, ¡No!
quiero encontrar alegrías;
que no me pongas de escudo
lo mismo que hacia mi vieja
que consiguió que a mi padre
lo imaginara un verdugo.
Él llegaba y te aseguro
que se acababan las risas,
y, en vez de una caricia
o hablarle como a un amigo,
lo miraba compungido
presintiendo una paliza.
Y el pobre que no me entendía,
sacudiendo la cabeza,
escuchaba con tristeza
lo que mi madre decía:
"Que con este no se puede,
que me ensucia las paredes,
que la calle, que la pelota,
que trajo las suelas rotas,
que me trajo malas notas,
que me saca canas verdes,"
"¡A la cama, sin comer!",
aburrido me ordenaba,
luego mi madre me consolaba
y yo lo culpaba a él.
A él que había llegado recién,
cansado de trabajar todo el día,
ya yo lo había amargado
con mis travesuras.
Yo era una criatura
pero nunca lo he olvidado.
Los hijos, vieja,
los hijos nunca analizan
los sentimientos del padre,
porque el brillo de la madre
es tan fuerte que lo eclipsa.
Recién le hacemos justicia
a su único sentir
cuando nos toca vivir
a nosotros su problema.
Ay, si mi padre supiera
que recién lo comprendí.
¿ Y por qué él nunca me dijo
lo mucho que me quería
si yo sé cómo sufría
al ver enfermo a su hijo ?
Y por qué me miraba fijo
el primer pantalón largo;
y sé que me habrá besado
cuando yo estaba durmiendo
Pero ahora, que todo lo comprendo,
¿Por qué no estás ahora?
¿ Por qué no estás ahora
para abrazarte bien fuerte,
viejo lindo, y entregarte
mi cariño a todas horas ?.
¿Vez a tu hijo que llora?
Pero llora con razón,
porque te pide perdón
pensando en esos días
en que, ciego, no veía
que eras todo corazón...
Déjame vieja, déjame vieja
que llore, es lindo desahogarse...
Bueno, vieja, vamos a ver
lo que hacen nuestros
pequeños señores:
"Mira, mira esos pantalones".
"Están sucios, tápala
un poco a la piba.
Sí, ya sé, no me lo digas,
no me lo digas y acóstate,
acóstate rezongona
que mañana, vieja
mañana será otro día".
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